Análisis de ácidos biliares: Agrama apuesta por el ámbito de la salud humana
Laboratorio Agrama amplía sus servicios de estudio en laboratorio con una nueva especialidad, centrada en la salud humana desde la nutrición. Se trata del análisis de los ácidos biliares, un componente esencial para la digestión de las personas.
¿Qué son los ácidos biliares?
Los ácidos biliares desempeñan un papel muy importante en la digestión y absorción de las grasas, dividiéndose en dos tipos:
- Ácidos biliares primarios, que se forman en el hígado y son derivados del colesterol. Los más abundantes son cólico y quenodesoxicólico.
- Ácidos biliares secundarios, que se forman por la modificación de los primeros en el intestino delgado, mediante la acción de enzimas de las bacterias de la flora intestinal. Principalmente son los desoxicólico y litocólico.
La fuente principal de los ácidos biliares es el colesterol (constituyente fundamental de las membranas celulares), una molécula altamente hidrófoba. Sin embargo, cuando se oxida el extremo de la cadena alifática, obtenemos ácido biliar. Esta es la función que realizan las células hepáticas, proporcionando lo que se conoce como ácidos biliares primarios: ácido cólico y el ácido quenodesoxicólico.
Estos ácidos pasan al tracto digestivo a través de la vejiga de la bilis, en concreto al duodeno, donde existe un pH relativamente ácido (5-6.5). En estas condiciones, los ácidos se encontrarán mayoritariamente protonados, ya que su pKa está entre 3 y 5. Esto hace que sean todavía poco solubles en medio acuoso. Es por eso por lo que, antes de verterse al intestino, el hígado conjuga estos ácidos con glicina o taurina, de manera que se forma un par iónico que los vuelve más solubles en medio acuoso, mejorando así sus funciones.
El orden decreciente de la hidrofobicidad de las sales biliares es la siguiente: sales biliares libres > glicinaconjugado > tauroconjugado.
Más adelante, la flora intestinal entra en acción. Para ello, deshace este par iónico y transforma estos ácidos en otros nuevos. Es decir, los ácidos biliares secundarios, por deshidroxilación de la posición C7. Finalmente, estos ácidos pueden recuperarse del intestino y regresar al hígado para reutilizarlos de nuevo. Es lo que se conoce como circulación enterohepática.
El papel de los ácidos biliares en el organismo
Los ácidos biliares forman parte de un grupo de sustancias que pertenecen a la familia de los esteroides. Aunque estas moléculas tienen mala fama, en realidad son totalmente imprescindibles para el correcto funcionamiento de las células, ya que sus funciones son muchas y muy variadas:
- Digestión de lípidos.
- Solubilización y excreción de colesterol y pigmentos biliares, reguladoras, estructurales, mediadoras, emulsionantes, precursoras de otras moléculas, etc.
- Como todos los esteroides en la molécula de los ácidos biliares, está presente el sistema de cuatro anillos fusionados del ciclopentanoperhidrofenantreno.
Otra peculiaridad a la hora de conocer el análisis de los ácidos biliares es que son sustancias anfifílicas (una parte hidrófoba y otra hidrófila) cuando se encuentran en un medio neutro o básico. Mientras que el extremo alifático contiene el grupo carboxilo, la parte hidrófila se encarga de que el resto de la molécula sea bastante lipófila. Por eso, su principal función es emulsionar grasas y sustancias apolares, formando agregados conocidos como micelas. Como consecuencia, se permite su absorción por parte del intestino delgado y se mantienen solubles en la sangre, facilitando la labor de las lipasas -enzimas que degradarán los lípidos a ácidos grasos libres y glicerol-.
Además de su función emulsionante, estas sustancias químicas también actúan como mediadores químicos, ya que se unen a diversos receptores celulares con el fin de desencadenar importantes procesos bioquímicos (señalización celular). También intervienen en la movilización del calcio, en la activación de la proteína C quinasa, en la síntesis del AMP cíclico o incluso están presentes en los mecanismos que regulan la inflamación de los tejidos, dentro de la segregación de citoquinas proinflamatorias. A esto se suma que intervienen en procesos oxidativos que tienen lugar en las mitocondrias, participan en la señalización del receptor de la insulina, regulan el nivel de colesterol y participan en la eliminación de metabolitos como la bilirrubina.
La microbiota intestinal
La microbiota intestinal comprende una comunidad diversa de microorganismos que contribuye a diversos y complejos procesos mediante la producción de metabolitos. Los microbios intestinales producen ácidos biliares no conjugados y secundarios a través de la deconjugación y la deshidroxilación.
Las enzimas de la hidrolasa responsables de este proceso están presentes, principalmente, en Bacterias Gram-positivas Firmicutes (Lactobacillus y Enterococcus) y ciertas bacterias Gram-negativas Bacteroidetes. La segunda enzima microbiana que está implicada en la eliminación del grupo hidroxilo en la posición C7, que conduce a la síntesis de ácidos biliares secundarios a partir de su forma no conjugada, está presente exclusivamente en bacterias anaerobias de la especie clostridium.
Esto muestra que el microbioma intestinal y los ácidos biliares están interconectados y las alteraciones en la microbiota intestinal pueden tener importantes influencias sobre el metabolismo de los ácidos biliares. En este caso, puede tener como consecuencia el desarrollo de enfermedades gastrointestinales y metabólicas.
Investigaciones actuales sugieren que la calidad de la dieta influye en la población, la composición y la actividad metabólica de la microbiota intestinal, llegando a la conclusión de que las dietas ricas en fibra dietética tienen efectos sobre la microbiota y la salud humana. Los alimentos vegetales son fuentes primarias de compuestos bioactivos y fibra dietética, que son metabolizados por los microbios para producir diversos metabolitos. Además, parece ser que la fibra dietética también tiene un efecto directo sobre el metabolismo de los ácidos biliares, ya que los ácidos biliares conjugados se unen a la fibra antes de ser metabolizados y transformados en secundarios por los microorganismos de la flora bacteriana.
La microbiota intestinal regula varios procesos biológicos, modula el sistema inmunológico e interviene en el metabolismo de la glucosa, los lípidos y los ácidos biliares. Esta mutua relación simbiótica mejora la nutrición humana y mantiene la salud.
Agrama, laboratorio especializado en el análisis de ácidos biliares
Por todo esto y por la gran importancia para la salud, Laboratorio Agrama tiene puesto a punto una metodología para el análisis de ácidos biliares en heces humanas y en otros fluidos, con el objetivo de ayudar a investigadores y profesionales de la salud a mejorar sus diagnósticos.
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