Los productos de cultivo ecológico, como las frutas y hortalizas, tienen precios más elevados en el mercado porque son más sanos y seguros para los consumidores y las prácticas agrícolas son más limpias y respetuosas con el medio ambiente. El mayor coste para los consumidores está directamente relacionado con mayores costes de producción de frutas y hortalizas orgánicas, y, además, con el proceso de certificación que permite etiquetar y certificar los productos como orgánicos. La certificación sigue un conjunto de normas (Reglamento no 834/2007 del Consejo CE) y, entre ellas, excluye el uso de fertilizantes sintéticos durante el crecimiento de las plantas.

Este precio más elevado en el mercado da lugar a fraudes por el etiquetado incorrecto de los productos como «orgánicos» cuando se han cultivado con fertilizantes sintéticos. La identificación de las frutas y hortalizas mal etiquetadas representa un desafío, ya que los laboratorios necesitan una técnica que identifique las frutas y hortalizas cultivadas usando abonos orgánicos de las cultivadas con abonos sintéticos con plenas garantías. La identificación de productos mal etiquetados protege posteriormente al consumidor, aumentando la confianza y la reputación de la marca bio o ecológica en el mercado.

En AGRAMA podemos realizar el análisis de δ 15N en frutas y hortalizas mediante un analizador elemental acoplado a un espectrómetro de masas con relación isotópica (EA-IRMS). Esta determinación nos permite determinar qué frutas y hortalizas se cultivaron con métodos orgánicos y qué frutas se cultivaron con fertilizantes sintéticos.

Vegetales cultivados utilizando abonos orgánicos naturales, como turba, lodos de depuración y el estiércol animal, tienden a tener valores de isotopos de nitrógeno entre +8% y +20%. Los fertilizantes sintéticos, como la potasa y el amoniaco, tienen valores de relación isotópica de N de +3% a +6%.

bio1 En la tabla 1 y la figura 1, mostramos datos de tomates que se han cultivado con fertilizantes orgánicos y sintéticos analizados por el sistema EA-IRMS. Se pesaron 5 mg de las muestras de tomate desecadas y homogeneizadas obteniéndose la relación isotópica. La huella del isotopo de nitrógeno de los tomates muestra una diferencia clara entre los tomates cultivados con métodos ecológicos y los tomates cultivados con fertilizantes sintéticos. Por lo tanto, el sistema puede detectar las hortalizas cultivadas de forma ecológica.

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